lunes, 25 de febrero de 2008

Los duendes de la siesta

Las siestas de nuestra infancia tenían cucos,iguanas, higos robados de las plantas, y dulce de leche untando con cucharita mientras el resto dormía, pero si algo no tenía eran duendes.
Esta tarde,con un abrir y cerrar de ojos, Teresa, la madrina de Genaro, nos enseñó a descubrir los duendes de la siesta.
Con la inquietud del pequeño tras recorrer infructosamente el bosquecito de Saldán buscandolos en un juego mágico, aprendimos que sólo pueden aparecer si somos capaces de verlos con el alma.
Imaginando
sus casitas en los hongos anaranjados que crecen en los troncos húmedos de los árboles, en medio de lianas y cañas, e insistiendo para verlos con los ojos Genaro intentó encontrarlos una y más veces.
Con la magia de su madrina, en la que nos dejamos atrapar,fuimos escuchando el dulce relato de los duendes de la siesta
Escuchando el ruido del duende del agua saltarina o el del duende del viento haciendo remolinos tomándonos como en una ronda de las manos, fuimos probando abrir y cerrar los ojos de manera intermitente,para que los colores de las flores se fueran convirtiendo en magicos duendes que cobraban vida.
Una vez que Genaro pudo ver que titilaban, subian, bajaban, y se reian, yo también me anime a buscar los duendes en la siesta lloviznosa.
Es muy simple, solo hay que mirar fijo un objeto de color, abrir y cerrar los ojos como si el sol nos encandilara, y dejar volar el alma de la mano de los duendes-
Si en tu próxima siesta te animas a capturar duendes, simplemente abre y cierra los ojos y déjate llevar.
Tal vez después puedas comentar como Genaro : "estoy muy feliz, porque hoy, aprendí a ver los duendes de la siesta con mi madrina".Y yo también.

2 comentarios:

carlosalvaro.gatti dijo...

Los duendes habitan en el corazon de todos nosostros, desde tiempo inmemmorial, y creo que lo hacen por el resto de nuestros dias. Quizas cuando mas los disfrutamos es cuando mantenemos la inocencia de ser niños. Despues los separamos a un rinconcito de la mente , pero siempre estan prestos a aparecer cuando los necesitemos. A veces de grandes sumamos duendes propios, esos tambien siempre estan y se suman a los duendes de la infancia.
Lo bueno que tienen es que ninguno de esos duendes envejece y los llevamos siempre jovenes hasta el dia de nuestra muerte.
La Madrina Teresa es una excelente descubridora de duendes.Los pequeños Carta agradecidos. El resto tambien.

Laura González dijo...

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