martes, 30 de diciembre de 2008

VACACIONES

Como decía "la Moscoso"- superiora del colegio donde cursé la secundaria- las vacaciones "son para cambiar de actividad y no sólo para descansar".

La verdad que me caía bastante mal que cada año al finalizar las clases la monja nos dijera lo mismo.

Pero como tantas otras cosas, muchas de sus palabras y de sus consejos tomaron otra dimensiòn con el paso del tiempo.

Aquello mismo que detestaba que me dijeran cuando con una valija ya con unas pocas cosas adentro intentaba salir del Instituto del Rosario para "disfrutar de las vacaciones" lo repito ahora con mis hijos.

Espero que para ellos no suene de la misma manera, después de todo no uso hábito y trato de hacerlo más divertido.

Pero lo cierto es que las vacaciones nos ponen al frente de un desafìo que va mucho más allá de la dicotomía "mar o sierras".

Los primeros días a solas con los chicos la casa suele transformarse en un reformatorio.

Estar en todos los horarios juntos, en la mesa, a la hora del baño, a la hora de lavarse los dientes y sin la mochila de la escuela a cuestas y las actividades extras hace que la mirada sea más intensa en lo doméstico.

Así los primeros días los perseguimos para que levanten las toallas cuando salen de la pileta, que recojan sus platos después de comer, que tiren la cáscara de la sandía que se bajaron en una siesta y que cierren la puerta de la heladera las miles de veces que van a visitarla con cartelito en la puerta incluido recordando "ni descalzos ni mojados".

No sé si con los días nos resignamos o si es que ellos aprenden algo, pero a mediados de enero todo se distiende.

Por ahora hemos implementado la preparación del desayuno infantil, cada uno sorprende con algo especial, que va desde la leche con chocolate al licuado de banana, sin encender la cocina y sin usar el microondas por razones de seguridad.

Así los lunes le toca a Joaquín, los martes a Paulina, los miércoles a Valentin, los jueves a Genaro, los viernes a mamá, los sábados a papá y el domingo... Dios dirá.
Los más grandes algunos días lavan los platos, salvo que Paulina lavó el sábado y vino una tormenta que nos arruinó el programa al aire libre.

Ahora la chinita amenaza con las malas condiciones del tiempo que genera su tarea como para zafar.

Eso sí las tareas son por igual para varones y mujeres.

Después de 11 años de ir al club llevando pañales, bolsos, cochecitos simples y dobles y hasta andadores, este verano cada uno tiene que prepararse el bolso para la pile y los elementos para los deportes.

El que se olvida los botines jugará al fùtbol en ojotas y el que no lleve la raqueta le pegará a la pelotita con la mano, pero yo me ocupo de la comida y la bebida para la merienda, que no es poca.

Mientras le doy forma a los útimos días de trabajo y esperamos a Raúl que salga de vacaciones el 9 de enero y decidamos dónde irnos de paseo vamos entrenando para aprender y crecer un poco jugando y un poco en serio.

Pero no todas son obligaciones de verano, en el tiempo libre que tenemos para dedicarnos intentaré recrear viejos juegos, bicicleteadas, pic nic y hasta un corto viaje a Oncativo para pasar un día en la pileta del Club Unión donde iba de chica.

De esa manera, siento que las enseñanzas de Gabriela Moscoso siguen transitando por nuestros caminos, como por el de tantas de las que fuimos sus alumnas y la quisimos y admiramos más allá del monolito erigido con su figura en el bulevar Alvear de Villa María.

viernes, 19 de diciembre de 2008

BELGRANO

Nuestro hijo Joaquìn ha ingresado hoy al Colegio Belgrano para cursar su secundario.

Sí. Al mismo en el que usted escucha a los docentes reclamar por pagos justos y a los padres protestar por los días de clases perdidos.

No obstante fueron más de 700 los alumnos que intentaron lograr uno de los 256 bancos que estaban disponibles para el 2009.

La emoción y la satisfacción por el esfuerzo de Joaquín coronado hoy por la buena noticia de su ingreso con excelentes notas no nos libera de las dudas que como padres tenemos.

La doble escolaridad, la pluralidad de ideas, el deporte, la mixtura de todas las clases sociales en un ámbito educativo alcanzarán para compensar los días de paro, el escaso presupuesto y el desgano de algunos docentes, son sólo algunas de ellas.

La verdad que sólo el tiempo y las propias experiencias podrán darnos la respuesta cierta.
Uno siempre quiere lo mejor para sus hijos, aunque muchas veces no sepa qué es lo mejor, aunque lo intuya.

Ayudarles a desplegar sus alas y a volar con libertad, con responsabilidad y con valores es un ejercicio permanente de los padres, y cuando nuestro primer hijo puede demostrar por si sólo sus habilidades nos embarga la emoción pero también los miedos.

Es probable que las futuras preocupaciones pasen por el corte de pelo punk, el arito en la nariz o el piercing, pero cuando los chicos crecen uno tampoco los lleva ya de la mano a la peluquería del barrio y la fauna del Belgrano tiene mucho de rebelde, de contestatario y de transgresor.

Han sido parte de este camino que recién comienza su prima Celeste, egresada del Belgrano y por estos días becada en Italia quien entusiasmó a Joaquín con su colegio, la seño Pacha – una tradicional profesora de ingresantes a los colegios universitarios- quien no solo le enseñó Lengua y Matemáticas sino que con su propia historia le mostró otros desafíos de la vida.

Puso su granito la seño Jorgelina maestra de Ciencias Sociales de Joaquín quien pudo ver en sus curiosidades la búsqueda de nuevas respuestas.

Y también ha tenido la suerte de sumar a un compañero de caminos, Jeremías, hijo de una humilde familia con aspiraciones de que la educación le brinde a los suyos mejores posibilidades.

Por este encuentro y por la cadena de solidaridades un gracias especial a Ivanna.

Si a todo esto le sumamos los rezos de abuelos y tías, el apoyo y el aguante de los hermanos y papás, y todo su esfuerzo para prepararse, hacer el cursillo, rendir el ingreso (terminar primero la prueba de evaluación y bajar la rampa del colegio sentado en la baranda) y aprobarlo, podemos decir que hoy es un día de felicidad.

Ah!, y para un “pirata” como Joaquín, nada mejor que ir al Belgrano.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

¡TERMINÈ LA PRIMARIA!

Despuès de 6 años, con Joaquìn hemos terminado hoy la Escuela Primaria.
Orgullosamente hemos recibido esta mañana "medalla, diploma y beso", en un hermoso acto que se realizò en el Pabellòn Argentina.
Èramos unas cuàntas las madres que nos recibimos junto a nuestros hijos, pero yo tengo la firme convicciòn de que bien pude haber sido la abanderada.
Mi carrera comenzò cuando tenìamos que elegir colegio y me recorrì no menos de 8 insituciones cercanas y lejanas al que en ese momento era nuestro domicilio.
En el hall de ingreso de cada colegio derramaba unas làgrimas pensando quien tallarìa "mi diamantito", y , como es de imaginar en ninguna encontraba las cualidades suficientes de orfebres.
La soluciòn vino de la mano de la psicòloga de familia quien, con mucha practicidad, y repitiendo las palabras de mi amiga Rebe, nos sugiriò elegir algo cerca, bueno y còmodo.
Fue asì como Joaquin comenzò con su jardìn de infantes en el colegio San Buenaventura.
Nobleza obliga mencionar al padre, quien por esos dìas y en virtud de mis diferentes horarios laborales era el encargado de llevar, traer y acompañar al niño en su inicio escolar.
Mi verdadero acompañamiento comenzò en el primer grado, con mellizos recièn nacidos y con Paulina de tan solo 4 años.
Recuerdo el primer dìa cuando con impecable camisa blanca y corbata azul lo dejamos al niño en el banco de su aula nueva, con unos grandes ojos marrones y un par de làgrimas que no se animaron a salir.
Como ya sabìa leer y escribir se aburrìa bastante, molestaba un poco a sus compañeros y divertìa con sus ocurrencias a su señorita Cristina.
Ademàs, en los primeros dìas de su primer grado se fue su amado "Abu Raùl", tal vez esa haya sido la explicaciòn de porquè a veces "estaba en la luna o como volando".
Seguramente intentaba encontrarlo allà arriba.
En una oportunidad nos llamaron porque en su cuaderno de clase, y tras haber puesto el resultado de un problema sin el desarrollo escribiò de puño y letra "lo hice asì porque soy un genio".
El genio fue creciendo y al mismo tiempo se olvidaba de llevar los mapas, perdìa los làpices, no hacìa la tarea y demàs muestras de "genialidad" que la escuela no tenìa porque admitir.
En ese ir y venir intentamos hacer las tareas con Mari(quien era una excelente niñera pero pèsima en ortografìa), a comprobar que "la cuchara de madera" no era elemento para convencer a ningùn niño, que los espacios propios recomendados por los pedagogos no tenìan lugar en el pequeño departamento y finalmente que era màs fàcil dejar las culpas de lado y completar los deberes con la "parti".
No sin angustia por la falta de tiempo y habilidades comprobamos que el traje de granadero de San Martìn de cartulina comprado para un acto era menos lustroso que el que lucìa aquel cuya madre podìa hacerlo con sus propias manos (y que se encargaba de mostrarnos al resto de las mortales culposas, despuès de preguntarnos todos los dìas a què hora estàbamos con nuestros hijos ¡con tanto trabajo!).
Pero transitamos tambièn el camino de la solidaridad del que puede dar una mano para llevar a un cumpleaños o prestar un cuaderno cuando faltaba una lecciòn.
Aunque la verdad, que mucho, a los cuadernos los mejores alumnos no los quieren prestar.
En el medio cambiamos de barrio y de Escuela, pasamos a Villa Eucarìstica en cuarto grado, con nuevos compañeros y nuevas maestras.
Algunos de los logros propios en estos años fue haber conseguido que en los cuadernos de comunicados las maestras pudieran cambiar los encabezamientos de las notas.
En lugar de un "Señora mamà" que anticipaba que el chico se habìa mandado alguna cagada o que no habìa completado una tarea pasaron a poner "Señores padres", despùes de varias sugerencias en este sentido.
Eso sì "Señor papà", nunca.
Un lugar especial en este camino quiero dedicàrselos a las señoritas Ana y Cristina, respectivas particulares de Barrio Inaudi, quienes adoptaron a Joaquìn y lo hicieron sentir como hijo ùnico, lo que para un hijo numeroso no es poco.
A mis Maris, que con el mayor cariño tienen un pedacito de este diploma por las figuritas recortadas, las fotos de Belgrano o del cabildo buscadas a ùltimo momento para pegarlas en el cuaderno, a Lewis y Chichina por los cuadernos forrados, los ròtulos escritos y los cuentos relatados, a Chela por la asistencia perfecta a todos los actos escolares, y a Paulina quien acompañò a su hermano el primer y el ùltio dìa de clases.
Un gracias para Raùl, que con la tranquilidad de sus palabras ponìa freno a mi ansiedad, y a la vida que como papàs nos dio la oportunidad de ir aprendiendo el camino de la educaciòn de nuestro hijo Joaquìn, que por ser el primero debiò ir de la mano de nuestros aciertos y errores.
Y un Felicitaciones a Joaquìn, amante de la lectura, los astros, los nùmeros,las historias y los deportes, quien màs allà de los làpices perdidos y los buzos olvidados ha demostrado que los pequeños genios siempre buscan nuevos desafìos y tienen una lealtad de corazòn inconmensurable.

viernes, 14 de noviembre de 2008

La Remera

Mar, Lu, Coti, Brun, Lean, Celes... más de 30 diminutivos de los nombres propios de sus compañeros pueden leerse en la espalda de la roja remera, que desde ayer lleva mi hijo Joaquín sobre su torso.

Es que como tantos otros, están por terminar la primaria, y al desgastado uniforme escolar lo reemplazan ahora por coloridas y modernas remeras de egresados.

Me sorprendió cuando entre tanto nombre entrecortado, identifiqué al mío como Carta.

Fue el único que puso su apellido, y celosamente pensé porque no había puesto también Pasquali, si al final de cuentas, yo también estoy por terminar la primaria con él.

La famosa remera de 25 pesos y escasa calidad seguramente nos costará que se la saque para lavarla, ya que hoy su mayor identificación personal es con sus compañeros de sexto grado, con los que este fin de semana emprenderá su viaje de estudios.

En solo un día a la remera ya la usa de camiseta de fútbol y de pijama a la vez.

En el momento en que vi a todo ese grupo de varones con sus nuevas prendas y con las endorfinas revoloteando y a las chicas con caras de flogers y cortas polleras del uniforme que en breve dejarán de usar, comprendí que mi Joaquín, o Carta –como dice su remera- ya no es tan niño.

Como un rayo vino a mi mente el día en que lo acompañé a su primer grado, con camisa blanca y corbata azul, con pantalón gris y el pelo recién cortado se sentó en su banco, y con las dos manos sobre el pupitre apoyó su cara mirando el universo nuevo.
Sus ojos estaban más grandes que de costumbre, más luminosos y más transparentes por las lágrimas acumuladas que se guardó en ese empaque de hombre que lo cubría.

Del otro lado, con mi máquina de fotos pude captar ese preciso instante, porque mis ojos estaban exactamente iguales que los de él.

El tañer de la campana, y el bullicio de la salida de los chicos del colegio, me trajo de regreso a la salida del sexto grado y pude comprender cabalmente a todas las que crecemos junto a nuestros hijos (porque estos pensamientos son estrictamente maternales).

A las que se estremecen como yo porque sus “bebés” van cumpliendo etapas, y porque después de tantos palotes, cuadernos y mapas, la vida va sumando y restando por nosotros y por ellos.

Suman experiencias, y restan inocencia. O no.

En esa suma mutua, en dos días mi hijo se irá de viaje de estudios a Salta, Jujuy y Tucumán por una semana.
Allí gastará su remera hasta dejarla transformada en hilachas, mientras nuestro corazón quedará en iguales condiciones mientras dure su viaje.

Cumple x 2

Tener hijos mellizos es un desafío permanente.

Desde la magia de ver cómo dos personitas crecen al mismo tiempo - con rasgos tan diferentes pero tan unidos- hasta el festejo de un cumpleaños múltiple con 108 invitados.

Y no es que se trate de una Recepción de los Reyes de Borbón donde hay que invitar por compromiso a todas las casas reales de Europa y hasta los jefes de estado amigos.

Simplemente es que mis hijos mellizos Genaro y Valentín han cumplido 7 años el 13 de noviembre y lo festejaremos el próximo sábado.

Como ya he comentado en otras oportunidades -por diversas recomendaciones psicopedagógicas - los pequeños concurren a primer grado pero a secciones diferentes.

Además, somos defensores de que a esta edad deben invitar a todo el curso, aunque después sólo algunos concurran a la fiesta.

Por lo tanto, hay que sumar a los 32 compañeritos de uno, más los 31 compañeritos del otro, más los amiguitos del barrio, los primos y demás familiares, que dan como resultado la friolera de 108 invitados.

Es de imaginar que no hay salón de cumpleaños infantiles habilitado para ese número de personas, ni presupuesto para enfrentar semejante erogación.

Además, no se puede calcular cuántos irán en realidad.

Después de analizar diferentes alternativas, y con la experiencia previa de Bautismos, cumpleaños y comuniones, es que decidimos festejarlo en casa.

Las compras mayoristas de chizitos, palitos, papitas y puflitos sumados a cientos de salchichas y panes de Viena permitirán a los niños disfrutar de una de sus comidas preferidas y a los papis elaborar fácilmente el menú.

Contando con los helados que traerá una de las madrinas, completaremos con golosinas la mesa de los dulces.

Eso sí, las tortas tienen que ser dos, las velas 14 y cada uno tener sus propios regalos de acuerdo a sus gustos y personalidad.

Es que en definitiva, son dos personas diferentes que además se esfuerzan por demostrarlo y exigen en el mismo sentido que cuando cantemos... “Que los cumplan los mellis” no nos olvidemos de repetir la canción con el nombre de cada uno según el orden en que nacieron.

Para ellos, es él cumple de cada uno y de los dos a la vez, sensaciones que sólo los hijos múltiples deben entender.

Para nosotros es una sola fiesta que no se suspende por mal tiempo, aunque el pronóstico nos anuncie lluvias para el fin de semana.

“La casa es chica pero el corazón es grande”, y el Payaso Poca Sopa asegura un show imperdible para chicos y grandes.

Perdón si al hacer la lista quedó en el camino algún amigo sin invitar.

viernes, 17 de octubre de 2008

El Panuelito

Cada uno de nosotros reconoce momentos, personas y lugares a través de los aromas que fueron impregnando nuestra conciencia.

Desde el naranjo del patio de mi abuelo, pasando por las tostadas recién hechas sobre la hornalla de la cocina y untada con la nata fresca, hasta los menemistas perfumes importados de la década de los ‘90.

De repente, el olor de los azahares me remontan a las veredas tucumanas, o el perfume de los frescos jazmines de temporada me llevan al momento en que temblorosa llevaba entre mis manos el ramo de novia con las flores recién cortadas.

Las cáscaras de las mandarinas en invierno, el pasto mojado tras la lluvia o el olorcito del cuello arrugado de los bebés, tienen para cada quien un valor singular.

Acomodando papeles, sacando de uso viejos collares, y dejando de lado aros sin par del cajón de mi cómoda, encontré, escondido, un tesoro.

Allí, como esperando ser rescatado del olvido, un pañuelito doblado en triángulo, con unas flores descoloridas de contorno pespunteado se posó inmediatamente en mis manos.

Casi sin darme cuenta lo llevé a mi nariz, e inmediatamente me encontré con mi madre.

Su aroma, el olor de su piel, sus risas, la suavidad de sus manos, su mirada incandescente, estaban concentradas en ese trocito de tela desgastada.
Lo aspiré, como queriendo que tomara forma su cuerpo, su alma.

Pero no estaba.

Estaban los recuerdos más profundos, más sentidos, más cariñosos de aquellos días en que seguramente con ese pañuelito limpió mis mocos o secó mis lágrimas.

O tal vez, fue el pañuelo que tantas veces dejaba olvidado en el bolsillo de su guardapolvo de maestra, y por eso se impregnó tanto de su ser.
Lo cierto, es que no podía dejarlo, temí que de tanto olerlo la perdiera, se esfumara.

Quería llorar pero me animé, respiraba despacito para mantener ese aroma dentro de mí.

Sigilosamente lo volví a guardar, en el mismo lugar, casi como a un frágil cristal, queriendo que para siempre mantenga el olor de mi madre.
Con cierto egoísmo no se lo mostré a nadie para que no se gastara.

El próximo domingo, después del beso de mis hijos, abriré el cajón de la cómoda para encontrarme un ratito con ella y poder decirle también Feliz Día Mamá.

Ese día, como un regalo especial dejaré que mi hermana también lo huela.

Es posible que vos encuentres también a la tuya, simplemente con dejarte llevar por los aromas que le fueron familiares.

jueves, 25 de septiembre de 2008

La tijerita

Una hermosa mirada celeste inocente me despertó esta manana desde el rostro de mi pequeno Genaro.
Casi entre suenos noté algo diferente en su carita de muneco.
Con el pelo recién peinado descubrí que le faltaba el flequillo, e inmediatamente vi que también le faltaban unos cuántos mechones más.
Sin percibir que se trataba de una travesura,me contó que se había cortado el pelo porque le molestaba.
¨Saqué la tijerita de la cartuchera, me metí debajo de la mesa para que no me molestaran y me corté donde yo quería¨.
Como no es la primera vez que mis hijos son sus propios peluqueros no me asusté demasiado, mas bien me causó mucha gracia verle la cabeza toda recortada como si fuera un papel glacé.
Pero lo que más me impactó fue la convicción con que Genaro me explicó su toma de decisión.
Acto seguido, volvió a sacar la tijerita azul casi sin afilar de su cartuchera y comenzó nuevamente la lluvia de rubios cabellos sobre sus hombros ante mi mirada cómplice y risuena.
¨Cada vez que me crezca y me moleste me lo corto¨ sentenció Genaro.
La verdad que rescaté su habilidad para resolver un problema por si mismo, su inexistente y beneficioso criterio de la estética, su sentido de la practicidad, y el ahorro de tiempo y dinero para ir al peluquero.
Para la envidia de su papá, a quien le quedan pocas chapas,en el próximo corte guardaremos los cabellos para hacerle unas extensiones.

lunes, 22 de septiembre de 2008

SEIS HIJOS

La lamentable noticia de la muerte súbita del bebé de la famosa cocinera Maru Bottana me llenó de tristeza.
Cualquier niño, cualquier familia golpeada por la muerte de un pequeño de seis meses, seguramente nos embarga de una sensaciòn especial.
Era una familia hermosa, se los veía felices, llenos de proyectos, con ganas de màs nacimientos,eran lindos, rubios,bien alimentados...
Tenían todo para estar bien, el inicio de un programa de televisiòn de Maru, publicidades, invitaciones para esquiar y salir en las fotos de las revistas.
Pero la tragedia les llegó donde más les podía doler.
Y además se sumaron a la desgracia los fáciles dedos acusadores.
Fàcilmente se sumaron las hipòcritas voces que a la dolida familia le agregaron el juicio y el castigo.
Como si ninguna de nosotras como madres, como padres, nunca hubiésemos dejado a nuestros pequeños en las cariñosas manos de una abuela, de una tía o de una empleada.
Y no sólo para ir a trabajar, también en alguna ocasión para salir a pasear, ir a un cumpleaños o reunirnos con amigos.
Y no pasó nada.
Y cuántas otras veces, nos pasó a nosotros o a otros que conocemos que en sus propias narices sufrieron accidentes domésticos que pusieron en riesgo la salud y hasta la vida de los màs pequeños.
Dios les traiga paz a esa familia que no conozco más que ustedes, por las ricas recetas de tortas que nunca cocinè o por la publicidad de jugo que sí consumo.
Dios les de también la posibilidad de no escuchar tanta acusaciòn fácil, que con el propio dolor han de tener suficiente.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Cuatro cinturones

La aplicación de la Nueva Ley de Tránisto en la Provincia, nos ha traído una complicación extra familiar.
Después de mucho andar en viejos usados, este año logramos cambiar el auto por un 2008 - el que ya fue bautizado en su frente por Raúl- pero por suerte sólo fue chapa.
El tema es que en el asiento trasero hay sólo tres cinturones, como ocurre en la mayoría de los autos, y nuestros cuatro chicos no podrán subirse sin tener que pagar la multa respectiva.
Las escapaditas familiares a las sierras serán impensadas ahora, salvo, que como sugirió Genaro, se tome una pastilla de "chiquitolina" o lo escondan en el baúl, como rápidamente indicaron sus hermanos.
Como es el más flaco, es el más apto para ocultarse.
Por un atajo de tierra llegamos a la escuela, pero la verdad que frecuentamos la circunvalación para llegar a la casa de la tía Marcela, o del abuelo Lewis.
Sin dejar de pensar en la seguiridad que da tener a los chicos "atados", deberemos buscar una solución para poder seguir viajando en familia sin tener que dejar a uno de los pequeños en el camino.
Como verán, las viejas estancieras cotizarán en alza en el mercado del usado, ya que con algunos arreglitos y anexando cinturones pasarán a ser el auto elegido por las familias numerosas.
A partir de ahora, en el momento de elegir un auto, más que ver si tiene las cuatro ruedas y el motor, habrá que cerciorarse de que tenga los cinturones necesarios para todos los integrantes de la familia.
El perro, también deberá ir atado?

jueves, 11 de septiembre de 2008

SARMIENTO SIN HIMNO

Los 11 de setiembre tienen para mí una nostalgia especial.
Como mi mamá fue maestra, ya de grande pude entender que esa fue una vocaciòn con la que nació, vivió y murió.
Comenzó sus días como ayudante en el colegio de Sobral, su vanguardista Rivadavia, pasando por sus primeras clases en un campo de Silvio Pèllico.
Entonces era muy jóven y con una pequeña valija esperaba que los viernes no lloviera o no parieran las vacas para que los Conrero pudieran llevarla hasta el pueblo más cercano y desde allí poder llegar a Villa María.
Con un poco de derecho de piso pagado, logró un puesto en Pasco, donde vivía en la casa de unos familiares de su amiga Lida.
Después, ya casada logró un traslado a la nocturna de Oncativo.
Los alumnos eran más grandes que ella y más malevos que el jóven esposo que cada noche la esperaba en la puerta.
De allí a la General Paz, pasaron otras suplencias, pero su vida transcurriò en "la escuela más grande y más popular", como le gustaba decir.
"Aquí vienen los hijos de los médicos y de los obreros", insistía orgullosa ante quien la quisiera escuchar.
Del aula, previos concursos, pasó a la vice, y a la dirección de la escuela.
Y nosotros, como familia, transitamos cada una de las baldosas del nuevo salón de actos que se hizo a fuerza de rifas, empanadas y festivales, o actuamos en cada una de las Fiestas de la tradición que se hacían durante nuestra primera infancia.
También comimos, vendimos, y servimos, los locros invernales que con la misma solidaridad de cada año preparaba Giyo Buompadre.
Con el mismo entusiasmo porque la tendríamos más tiempo con nosotras disfrutamos el día que se jubiló.A partir de entonces supimos que siempre seguiría siendo maestra.Mejor dicho, Directora.Por esto, y porque mi casa era una sucursal de la escuela, y porque cada maestra era alguien familiar y porque puedo recordar a cada una, con sus anécdotas y sus historias.
Porque su rectitud y enseñanzas quedaron plasmadas en una generaciòn de docentes y de alumnos que pasaron por esos años por la General Paz.
Por esto, y por mucho màs, es que cada 11 de setiembre,me preparo para ir al acto del Día del Maestro, para honrar a la mía, y a cada una de las que me tuvieron en sus aulas.
Pero este año el acto, tuvo un sabor amargo.
Con los pañuelitos descartables en la mano, listos para secar mis làgrimas de emociòn, en este Día del Maestro, No cantaron El Himno a Sarmiento.Con un nudo de emociòn contenida, y con un ramo de frescas flores en las manos, nos subimos al auto con mis cuatro hijos, nos fuimos al Parque del Sol donde está mi mamá, y como un acto de desagravio le dejamos las flores, y cantamos en un coro desafinado el Himno olvidado.

lunes, 25 de agosto de 2008

la botella de Joaquín

Joaquín,mi hijo de 11 años -quien nunca debe enterarse de la existencia de estas letras- está perdidamente enamorado, como para iniciar dignamente su ingreso a la "edad del pavo".
Con una apertura desconocida, cuenta todo.
Como ocurre siempre a esta edad, el primer amor, es una compañerita de la escuela,lo que nos viene bárbaro para presionarlo a estudiar, participar en clases, y hasta para peinarse.
Con los cumples convertidos en pequeños bailes donde todos se seducen, donde concursan quién es el que más bailó y con quién, la vida amorosa, no es para él color de rosas, sino más bien Celeste.
Sin imaginarlo, en el segundo bailable que compartieron con los chicos del grado, "Su chica, se puso de novia con otro"...CHANNNNN
De todos modos, insiste con su flirteo, no pierde las esperanzas, y además aprovecha los trabajos en grupo para enseñarle a jugar el tenis. ( Hijo e'tigre).
Hoy cuando salió el cole, mientras yo intentaba saber como le había ido y si tenía tareas, de lo único que se acordaba fue que a la salida, y mientras esperaba el transporte, jugaron a la botella.
Con tanta suerte, que le tocó darle un beso a "ella".
Solo que fue en la mejilla, "no corrí la cara porque estaba el novio", dijo sonriente y sin ponerse colorado.
Casi al borde del infarto, disimulé mi asombro, y disfruté con él la magia del primer amor, aunque no sea correspondido.

jueves, 14 de agosto de 2008

Qué tal Pasqual?

Sin salir de su sorpresa, el traumatólogo que operó a mi papá de un hombro hace poco más de un mes, le dijo entre risas contenidas "la recuperación que ha tenido en el brazo corresponde a un año, no a un mes".
Después de tantos temores, tantas preguntas, y tantos ruegos, Lewis superó ampliamente las expectativas de todos.
Demostrado está que su predisposición, sus ganas de recuperarse, su ansiedad por volver a pintar y a participar de sus clases en el Cepram, hicieron mucho por esta buena noticia.
No importaron sus 75 años, su diabetes, los años que lleva con el cigarrillo.
La decisión de reponerse prontamente, de mano del Dr. Néstor Cismondi, y de los mimos nuestros, de Marcela,de Raúl, de los nietos y de todos los amigos y "amigas" que querían saber de él, de Laura, de Mari Luna, ayudaron a que en cualquier momento decida volver al cine donde se cayó.
Además de compartir la buena noticia, un año ganado en un mes de recuperación, es para tener en cuenta que las quejas y las nanas no ayudan, sino que las ganas de vivir bien, son más fuertes y valederas.

viernes, 1 de agosto de 2008

STEFANO

Es un niño de 11 años, rubio, hermoso e inteligente.
Además es muy cariñoso, siempre espera el abrazo maternal que le falta desde hace cuatro años.
Cuando era muy pequeño sus padres descubrieron que Stefano no escuchaba.
Recuperando su historia clínica los médicos concluyeron que una medicación suministrada al momento de nacer lo había dejado sordo.
Una vez recuperados del shock inicial, Miriam -La Flaca- y Alvarito decidieron que lo mejor era realizarle la operación de implante coclear que le permitiría escuchar.
Un oído biónico, colocado en el cerebro, que se fue regulando sin lograr los frutos deseados.
En el medio de la historia de Stefano, su mamá dejó este mundo, y el camino de mostrarle un espacio sin palabras quedó en manos de su papá y de sus otros dos hermanos, Gianni (que ahora tiene 7 años) y de Giuliano (de 15).
El implante no funcionó, para el Dr Curell había sido un fracaso, la maestra para sordos no se explicaba el porqué, vinieron técnicos de los Estados Unidos que nada pudieron hacer con la ciencia y el pequeño.
Stefano va a una escuela común, es uno de los mejores alumnos del grado, y con sus ojitos celestes y su sonrisa amplia da a entender cuando algo le gusta.
Pero la buena noticia llegó en los últimos días.
Casi sin explicaciones,Stefano comenzó a escuchar nuevos sonidos, nuevas voces, y hasta nuevos ruidos.
El bullicio de los recreos en el colegio, el tic-tac del reloj, y hasta el pip del microondas comenzaron a llamarle la atención.
El médico que lo atendió no tiene explicaciones para decir porqué ahora sí, y antes no.
El camino seguirá siendo largo,pero las perspectivas desde ahora son otras, para él y para los que lo rodeamos.
Stefano escucha.
Yo tengo mi propia teoría, que de científica no tiene nada, pero en estas cuestiones de cuerpo y alma, el cielo no sabe explicar.

jueves, 17 de julio de 2008

ONCATIVO

Podría llamarse, Bell Ville, Cruz del Eje, o Pampayasta.
El nombre no importa demasiado.
Es el lugar donde uno se criò, y donde el tiempo va poniendo los pies de nuestros hijos en el mismo camino, la misma plaza, el mismo parque, que cobra nueva vida en vacaciones.
Son las mismas veredas pueblerinas por las que tantas veces dimos la "vuelta a la manzana" y que hoy nuestros chicos de la ciudad y de los countrys no saben lo que es hasta que se encuentran girando mágicamente.
Son los viejos vecinos que nos reconocen en los nuestros en sus caritas redondas, cachetonas,en las cejas unidas o en la forma de caminar.
Es en los barrios y en los pueblos, con abuelas y con tias, donde se aprende el santa clara, aunque nunca se vaya a tejer, donde se juega a la peluquería, aunque nunca se vaya a peinar, o donde un karting derrapa en la calle aunque no seas un fierrero.
Es en esos lugares especiales para pasar las vacaciones, la casa de los abuelos, de los tios, donde la hora de la leche tiene otro sabor, porque se come pan con dulce y manteca o pan untado en azúcar, casi como una forma involuntaria de volver a nuestra propia infancia.
Es el espacio donde el parque tiene hamacas que columpian aunque se trata de una soga con una madera atada a unas ramas.
Son esos pueblos que cambiaron su perfil de la mano de la soja, del progreso, de la arquitectura y de los nuevos comercios.
Pero que son lo mismo a la hora de mantener la escuela cerca, la plaza a la vuelta, el saludo del que todos se conocen y hasta del "cómo está tu abuelo", o "sos igual a tu mamá".
Es es mi Oncativo, donde hoy Paulina pasa unos días de vacaciones, de la mano de las primas de su abuela Chichi, como si todavìa estuviera mi casa natal.
Es por estos días donde tantos abuelos son más abuelos, donde tantos primos son más primos, y donde tanta infancia es màs infancia,y donde tantos pueblos son màs pueblos.

lunes, 14 de julio de 2008

Il Gatto y el ratón

Aunque parezca un cuento de Walt Disney o una paradoja cómica Il Gatto de la Hipólito Irigoyen parece que es vegetariano, porque a los ratones, no se los come.
EL jueves 10 de julio, a la salida de mi trabajo pasamos con Raúl, mi esposo, a comer unas pastas.
Nos sorprendió cuando llegamos porque había gente en la puerta esperando, cuando en el salón había mesas desocupadas.
Enseguida nos hubicaron en el entrepiso, a mitad del local, y en el primer sorbo de la cerveza nos sobresaltaron los sonidos que venían de la mesa de al lado.
Allí, una señora que casi gritaba "miralo, miralo...ahí esta de nuevo".Primero disimulando y después sin reparos comenzamos a mirar hacia donde la vecina tenía la vista fija.
Oh sorpresa, en el inmenso paño de vidrio que da al patio de luz, en el fonde del negocio, se paseaba orondo un ratón.
!Flor de ratón!...
Como si fuese una cena show, el asqueroso bicho se paseaba de rama en rama de los ficus que adornan el lugar.
Imitando a las chicas de Tinelli, el ratón subía y bajaba por el caño de la puerta.
Para no quedarse sin protagonismo, uno de los empleados de maestranza, de impecable blanco, hasta sus botas, ingresó al lugar con un palo, mientras el ratón le hacía OOOOSSSSSSSSOOOOOOOOO, y se escabullía por el piso entablonado.
Los mozos se miraban azorados entre sí y seguían atendiendo las mesas como si nada ocurriera, mientras que el encargado ponía cara de naipe.
Cuando lograbamos retomar la conversación y sin decidir a irnos del restaurante por el hambre que teníamos y porque nos pareció que "la nota" pasaba entonces por ese lugar, el bicho se iba y volvía, hasta que Raúl decidió filmar las escenas con su celular.
Ya antes de irnos, y sólo cuando se percataron de la filmación, el encargado vino a pedir disculpas y a ofrecer las planillas de desinfección. !Qué buena broma!.
Si quieren saber si cenamos, simplemente les digo que cuidamos de no ponerle queso a las pastas. Es obvio el porqué.
Buen Provecho

martes, 8 de julio de 2008

MAESTRA O ABOGADA

Por estos días, mis hijos quisieran que en lugar de ser periodista fuera maestra o abogada. Y que su papá también.
Al salir del acto del 9 de julio, y dando comienzo a sus vacaciones, el pequeño Genaro intentaba entender porque tenemos que trabajar cuando ellos no van a la escuela.
En mis intentos por explicarle que en esta profesión no tenemos vacaciones de invierno, me topé con una reflexión simple de niño: porque entonces no sos maestra o abogada.Difícil es que entiendan que además los políticos y algunos empleados públicos también gozan de estos beneficios, pero que cuando uno abraza una vocación tiene que tomarla con los beneficios y con las pérdidas.
En verdad, que con los cuatro pequeños en casa, a mi también me gustaría tener más tiempo para dedicarles.
Pero bien, como madre multi funciones y como tantas de ustedes me las estoy ingeniando para que todos sintamos que estamos de vacaciones.
Almuerzos al aire libre, cuentos con el abuelo, espectáculos infantiles, madrinas solidarias y papas fritas y panchos como menú preferido le están dando a estos primeros días un encanto diferente.
Raúl, se puso de bicicletero el fin de semana para dejar en condiciones los maltratados rodados que servirán para carreritas,para gastar zapatillas y romper pantalones en las rodillas como para dejar las verdaderas huellas de la niñéz.
Tal como si se fuera a New York, Joaquín de 11 años prepara su viaje a Añatuya con Natalia - la jóven que los cuida- para la semana que viene.
Paulina espera ansiosa pasar unos días con su madrina Anité y ya tiene listas unas cuantas valijas, en eso es igual a su madre, para ir dos días a Oncativo.
Valentín ya ha pasado unos días con Rebeca y Alejito, mientras que Genaro elijió libros con su madrina Tere.
Como en tantas familias donde los padres siguen trabajando, siempre funcionan las redes solidarias y la imaginación para que las vacaciones sean, como decía la sabia Gabriela Moscoso " un cambio de actividad".

lunes, 9 de junio de 2008

LA QUEBRADURA

El sábado 7 de junio, cuando mi papá ingresaba al Cine Gran Rex a ver la película El jardinero, tropezó en uno de los escalones sin luz de la sala, y salió en ambulancia con su hombro derecho hecho añicos.
Con una entereza que solo tienen los grandes, Lewis, o Carlitos- como lo llaman sus compañeras del CEPRAM- intenta recuperarse "para seguir pintando, escribiendo y pasando los cuentos" en la nueva computadora que compró con el crédito para los jubilados que da el Banco Nación.
El panorama es complicado, la primera indicación es quirúrgica, y sus antecedentes clíncos (diabetes) no lo ayudan mucho ya que se trata de poner una prótesis.
Un poco más esperanzados veremos un tratamiento no invasivo que ofrece un amigo deportólogo, el Dr. Efraín Barbosa.
Lo más impresionante es que no dijo un "Ayyy",pone la mejor onda, y como si fuera poco quiere que la Municipalidad clausure el cine por no tener iluminada la escalera.
A nuestros amigos y a mis bloggers - a los que conocen a mi papá y saben que no exagero con su grandeza- les pido que recen o pidan a alguien por su recuperación y para que su vida pueda ser tan digna como lo ha sido hasta ahora.

martes, 27 de mayo de 2008

FLAMENCOS ARGENTINOS

El fin de semana pasado,Rebeca, la madrina de mi hijo Valentín de 6 años,tomó coraje
y emprendió viaje rumbo a la Laguna Mar Chiquita, con grandes y chicos.
De la mano de su amigo Alejo, recorrieron los maravillosos lugares de esta provincia, y hasta descubrieron los secretos de las paredes húmedas y derruídas de lo que el agua dejó.
Como un verdadero paseo educativo, los relatos de Valentín van desde los "hermosos flamencos argentinos, que son rosas y negros, hasta la laguna de sal que parece con nieve, pasando por el fantasma del hotel Viena que tiene el piso hundido por el agua".Capítulo aparte es el paseo en gomóm por la laguna,"que iba tan fuerte que volaba, y que además tenia como dos misiles que flotaban".
Como para asegurarnos que cuando vaya a cuarto grado no se olvide la lección le hacemos repetir una y mil veces sus nuevos conocimientos sobre que "el agua llega dulce por los ríos pero despúes se hace salada en la laguna,que abajo es más dulce y en la orilla más salada".
Es una suerte para él y para nosotros tener una madrina con tantas pilas como para salir de paseo sin pestañar con chicos y grandes -ya que también fueron sus padres- y que además le pone todo el afecto y la enseñanza para que quede en el corazón de Valentín la experiencia de esta maravillosa aventura.
Ah, me olvidaba... el pequeño ya está preguntando cuándo es el viaje a Brasil.

martes, 20 de mayo de 2008

SAN MEROLI

La semana pasada, nuestro termotanque Reehm colapsó apenas pasados dos años de haberlo comprado.

Una vez que llamamos al service oficial del Sr Fernando Granados nos encontramos con la sorpresa de que había que cambiar el termotanque, pero que como lo habíamos comprado en Carrefour debíamos esperar hasta que llegara de fàbrica, lo que con suerte podía llevarnos entre 10 y 15 días sin agua caliente.

Tomando la situaciòn como si fuera la de su propia familia, es decir 7 personas sin agua caliente, con los consiguientes traslados de bolsos y ropa para la hora del baño, el Sr Granados en menos de 24 horas nos dio una soluciòn.

Lo sorprendente, es que la soluciòn vino de la mano de Meroli Hogar.

Increìblemente, y como consecuencia de los años que lleva representando diferentes firmas en sus servicios tècnicos, el Sr Granados consiguió que Meroli le prestara un nuevo termotanques que despùes serà repuesto por la fàbrica.

Moraleja 1: No siempre hace falta la estampita de Marîa Rosa Cooper para tener una eficiente Atenciòn al Cliente.

Moraleja 2:No comprar electrodomèsticos en comercios donde no le puede ver la cara al dueño.

Moraleja 3:Si anda cerca de Meroli Hogar, agradèzcale de nuestra parte, Familia Carta. ( El Sr, Yunes fue el empleado solidario).

lunes, 5 de mayo de 2008

Reencuentro

Queridos bloggers, después de tantos días sin poder escribir, aproveché estas líneas que hice para la Revista Desde el Sur para subirla a la página.
Demás está decir que el comienzo de las clases colapsó cualquier posibilidad de escribir mis anécdotas cotidianas.
Se imaginarán que el primer grado de los mellizos dejan historias para desgranar todos los días.
En medio de la reconversiòn laboral yo me he inclinado por la docencia rural.
Si, igual que las maestras rurales, que son multigrado, mis siestas-tardes se reparten entre dos primeros, un cuarto y un sexto.
A fin de año veremos los resultados.
Finalmente, y antes de dejarlos que lean las pequeñas producciones que vienen a continuaciòn, para los que lo conocen, mi pequeño Joaquín, el mayor de los cuatro hermanos, cumple mañana, 6 de mayo, sus primeros 11 años.
Feliz Cumple a la mamá, al papà, a los abu Carta que fueron con él primerizos y a Joaquín, que inocentemente para recordar a su Chichi a pedido mañana "tallarines caseros".

El Cura Vasco

Si hubo personaje que hizo conocida la zona cuando todo era villa fue el cura Vasco.
Viviendo en medio de la pobreza y defendiendo a los suyos, su figura fue desapareciendo casi al mismo tiempo en que se desarmaban las casas de barro y chapa.
Por estos días, “está al cuidado de unas monjas de Villa Allende que tienen un hogar para curas”; comentan en el barrio.
“Ahora no chupa, está limpito y bien comido”, afirma un ex colaborador del Vasco, quien, de todos modos, no se atreve a afirmar que ahora sea más feliz.

Les recomiendo leer la nota que està a continuaciòn, Camino a San Antonio, y allí entenderán el porque de la referencia al Vasco.

Camino a San Antonio

Desde Oyola al “Yoquey”
pasando por “Anyelelli”.

Ayí donde la Valparaíso ya cambió el nombre, pasó la circunvalación y yegó casi al kilómetro 9, el pavimento yeno de baches deja lugar al camino de tierra.
Hasta ayí yo conozco.

El final del Camino San Antonio remata en un caserío campestre, de sencillas edificaciones, donde la gente se conoce por el nombre o por lo que hace, más que por su difusa dirección.
En una de las últimas casas, el vecino destacado es Don Oyola, el que cría chanchos, cabritos, chivitos, y que tiene una laguna llena de patos, gansos y donde deambulan unas gallinas que muy pronto irán a parar al puchero.
Es una vivienda donde se llama golpeando las palmas, donde te reciben primero los perros y por atrás los gallos que anuncian que ya viene el patrón.
Con venta “al kilo vivo”, es la referencia obligada para quien quiera comprar un lechoncito en su lugar de origen.
Eso sí, hay que ir primero para elegir a la “víctima”.
“Mire que lindo este bichito, el domingo tendrá el peso justo para la parrilla”, afirma Don Oyola.
“Venga a media mañana a buscarlo, se lo peso ese mismo día y ya la espero con el agua calientita en el brasero para después pelarlo”.
¿Ah… pero no me lo da vivo, no ?.. Pregunto aliviada.
Anyelelli
El dilema de dónde cocinar el animalito se resuelve fácilmente con otro dato de la vecindad.
“El Abel, en la ciudad Anyelelli, tiene un horno de pan, usted le lleva el lechón y él mismo se lo adoba y lo cocina”, recomienda Oyola.
Dueño de una dignidad que sólo da el trabajo en medio de una barriada que fue villa, Abel, panadero de oficio, tiene una “cuadra de panadería” que compró con un crédito de Cáritas y que le permitió trasladarse de la Villa a la vecina Ciudad sin perder su trabajo de años.
“Siempre hice pan, y me tuvieron que ampliar el crédito para la compra de la Estanciera para salir a vender panes, criollos y facturas por las quintas, los campos y los barrios vecinos”, remata este chaqueño adoptado cordobés.
“Mi caso llegó hasta el Vaticano -cuenta orgulloso el grueso panadero mostrando una foto- porque devolví todos los créditos con la creación de este emprendimiento”.
Con la otra mano, recibe el lechoncito que estará listo para la hora de almuerzo del próximo domingo.
Yoquey
Si lo que se intenta es encontrar la referencia exacta de estos lugares campestres y sencillos- donde se mezcla el temor a llegar hasta allí por los robos, los malandras y los barrios bravos que lo rodean- basta con ubicarse en el ingreso al Jockey Club y seguir derechito hasta que el camino se hace de tierra.
Tiene que cruzar la circunvalación, pasar la fábrica Porta, barrio Inaudi, los countries, el almacén de la Lili Quatrini, las dos Ciudades Angelelli y el ingreso a barrio Rivadavia.
Se va a dar cuenta enseguida porque la diferencia es que los caballos del ingreso al club son de bronce, en cambio los de Oyola, relinchan.
Y en medio de tanta “mala fama” que tiene la zona “hay mucha gente de trabajo, que es honesta, que no roba”, tanto entre los vecinos de Oyola, como entre los socios del Jockey.

lunes, 25 de febrero de 2008

Los duendes de la siesta

Las siestas de nuestra infancia tenían cucos,iguanas, higos robados de las plantas, y dulce de leche untando con cucharita mientras el resto dormía, pero si algo no tenía eran duendes.
Esta tarde,con un abrir y cerrar de ojos, Teresa, la madrina de Genaro, nos enseñó a descubrir los duendes de la siesta.
Con la inquietud del pequeño tras recorrer infructosamente el bosquecito de Saldán buscandolos en un juego mágico, aprendimos que sólo pueden aparecer si somos capaces de verlos con el alma.
Imaginando
sus casitas en los hongos anaranjados que crecen en los troncos húmedos de los árboles, en medio de lianas y cañas, e insistiendo para verlos con los ojos Genaro intentó encontrarlos una y más veces.
Con la magia de su madrina, en la que nos dejamos atrapar,fuimos escuchando el dulce relato de los duendes de la siesta
Escuchando el ruido del duende del agua saltarina o el del duende del viento haciendo remolinos tomándonos como en una ronda de las manos, fuimos probando abrir y cerrar los ojos de manera intermitente,para que los colores de las flores se fueran convirtiendo en magicos duendes que cobraban vida.
Una vez que Genaro pudo ver que titilaban, subian, bajaban, y se reian, yo también me anime a buscar los duendes en la siesta lloviznosa.
Es muy simple, solo hay que mirar fijo un objeto de color, abrir y cerrar los ojos como si el sol nos encandilara, y dejar volar el alma de la mano de los duendes-
Si en tu próxima siesta te animas a capturar duendes, simplemente abre y cierra los ojos y déjate llevar.
Tal vez después puedas comentar como Genaro : "estoy muy feliz, porque hoy, aprendí a ver los duendes de la siesta con mi madrina".Y yo también.

martes, 12 de febrero de 2008

POS PARTO

Cada vez que regreso a trabajar después de las vacaciones, tengo las mismas sensaciones del retorno después de los partos.
¡Qué exagerada diría mi mamá y mi amiga!
Pero ya sabemos las mujeres que son unos pocos días, o pocas horas, y hasta casi pocos minutos lo que demoramos en cargar las pilas, pero el "desprendernos", es siempre, un post parto.
Los chicos se nos pegotean, nos preguntan mil veces y en distintos tonos de voz si tenemos que volver a trabajar y nos hacen sentir el peso del retorno con todo su rigor.
Y con más razón si todavía sentimos que podemos estar con nuestro esposo, pareja, o novio compartiendo los días sin intentar huir.
Como cada año en vacaciones los primeros días la casa se convierte en un reformatorio de niños.
Es que nos damos cuenta de lo poco que compartimos la mesa y entonces queremos que en un día los chicos se sienten bien, tomen bien los cubiertos, se limpien la boca con una servilleta y no se tiren con los panes.
Así comprendemos como Toto Pan y Agua bien podría haber sido integrante de nuestra familia.
Lo demás es sabido: horas interminables de viaje para llegar a la playa, la promesa incumplida cada año de no ir más lejos de La Calera,las tardes de tejo, meriendas, charlas y juegos con los chicos que nos debíamos de todo el año, el reconocer que están creciendo más de lo que nos gustaría y esa sensaciòn de que los conocemos menos de lo que quisiéramos y al mismo tiempo de que son ¡tan parecidos a nosotros!.
Esas vivencias a pleno son las que seguramente nos dejen el corazón más sensible a la hora de volver a las actividades cotidianas.
Nunca entendí como Margot Enriquez, la CEO de Chandon,comentaba con mucho orgullo, durante una charla con mujeres, como había ocultado su embarazo para seguir trabajando, y como había sorprendido a sus superiores cuando se enteraron de que había sido madre dos días después de parir en una reunión de directorio.
Obviamente que con esta "mamma" que llevamos adentro nunca podremos lograr vender los miles de litros de champagne que logro insertar Enriquez en el mercado y seguiremos sintiendo estos p"dolores" post parto cada vez que terminamos las vacaciones y tenemos que volver a trabajar.
Por eso, con ese mismo champagne brindemos por todas las madres que, como yo,cuando terminamos las vacaciones renegamos de la liberación femenina y con un lagrimón o con muchas lagrimitas dejamos a nuestros pequeños hijos para salir a trabajar.