Joaquín,mi hijo de 11 años -quien nunca debe enterarse de la existencia de estas letras- está perdidamente enamorado, como para iniciar dignamente su ingreso a la "edad del pavo".
Con una apertura desconocida, cuenta todo.
Como ocurre siempre a esta edad, el primer amor, es una compañerita de la escuela,lo que nos viene bárbaro para presionarlo a estudiar, participar en clases, y hasta para peinarse.
Con los cumples convertidos en pequeños bailes donde todos se seducen, donde concursan quién es el que más bailó y con quién, la vida amorosa, no es para él color de rosas, sino más bien Celeste.
Sin imaginarlo, en el segundo bailable que compartieron con los chicos del grado, "Su chica, se puso de novia con otro"...CHANNNNN
De todos modos, insiste con su flirteo, no pierde las esperanzas, y además aprovecha los trabajos en grupo para enseñarle a jugar el tenis. ( Hijo e'tigre).
Hoy cuando salió el cole, mientras yo intentaba saber como le había ido y si tenía tareas, de lo único que se acordaba fue que a la salida, y mientras esperaba el transporte, jugaron a la botella.
Con tanta suerte, que le tocó darle un beso a "ella".
Solo que fue en la mejilla, "no corrí la cara porque estaba el novio", dijo sonriente y sin ponerse colorado.
Casi al borde del infarto, disimulé mi asombro, y disfruté con él la magia del primer amor, aunque no sea correspondido.
lunes, 25 de agosto de 2008
jueves, 14 de agosto de 2008
Qué tal Pasqual?
Sin salir de su sorpresa, el traumatólogo que operó a mi papá de un hombro hace poco más de un mes, le dijo entre risas contenidas "la recuperación que ha tenido en el brazo corresponde a un año, no a un mes".
Después de tantos temores, tantas preguntas, y tantos ruegos, Lewis superó ampliamente las expectativas de todos.
Demostrado está que su predisposición, sus ganas de recuperarse, su ansiedad por volver a pintar y a participar de sus clases en el Cepram, hicieron mucho por esta buena noticia.
No importaron sus 75 años, su diabetes, los años que lleva con el cigarrillo.
La decisión de reponerse prontamente, de mano del Dr. Néstor Cismondi, y de los mimos nuestros, de Marcela,de Raúl, de los nietos y de todos los amigos y "amigas" que querían saber de él, de Laura, de Mari Luna, ayudaron a que en cualquier momento decida volver al cine donde se cayó.
Además de compartir la buena noticia, un año ganado en un mes de recuperación, es para tener en cuenta que las quejas y las nanas no ayudan, sino que las ganas de vivir bien, son más fuertes y valederas.
Después de tantos temores, tantas preguntas, y tantos ruegos, Lewis superó ampliamente las expectativas de todos.
Demostrado está que su predisposición, sus ganas de recuperarse, su ansiedad por volver a pintar y a participar de sus clases en el Cepram, hicieron mucho por esta buena noticia.
No importaron sus 75 años, su diabetes, los años que lleva con el cigarrillo.
La decisión de reponerse prontamente, de mano del Dr. Néstor Cismondi, y de los mimos nuestros, de Marcela,de Raúl, de los nietos y de todos los amigos y "amigas" que querían saber de él, de Laura, de Mari Luna, ayudaron a que en cualquier momento decida volver al cine donde se cayó.
Además de compartir la buena noticia, un año ganado en un mes de recuperación, es para tener en cuenta que las quejas y las nanas no ayudan, sino que las ganas de vivir bien, son más fuertes y valederas.
viernes, 1 de agosto de 2008
STEFANO
Es un niño de 11 años, rubio, hermoso e inteligente.
Además es muy cariñoso, siempre espera el abrazo maternal que le falta desde hace cuatro años.
Cuando era muy pequeño sus padres descubrieron que Stefano no escuchaba.
Recuperando su historia clínica los médicos concluyeron que una medicación suministrada al momento de nacer lo había dejado sordo.
Una vez recuperados del shock inicial, Miriam -La Flaca- y Alvarito decidieron que lo mejor era realizarle la operación de implante coclear que le permitiría escuchar.
Un oído biónico, colocado en el cerebro, que se fue regulando sin lograr los frutos deseados.
En el medio de la historia de Stefano, su mamá dejó este mundo, y el camino de mostrarle un espacio sin palabras quedó en manos de su papá y de sus otros dos hermanos, Gianni (que ahora tiene 7 años) y de Giuliano (de 15).
El implante no funcionó, para el Dr Curell había sido un fracaso, la maestra para sordos no se explicaba el porqué, vinieron técnicos de los Estados Unidos que nada pudieron hacer con la ciencia y el pequeño.
Stefano va a una escuela común, es uno de los mejores alumnos del grado, y con sus ojitos celestes y su sonrisa amplia da a entender cuando algo le gusta.
Pero la buena noticia llegó en los últimos días.
Casi sin explicaciones,Stefano comenzó a escuchar nuevos sonidos, nuevas voces, y hasta nuevos ruidos.
El bullicio de los recreos en el colegio, el tic-tac del reloj, y hasta el pip del microondas comenzaron a llamarle la atención.
El médico que lo atendió no tiene explicaciones para decir porqué ahora sí, y antes no.
El camino seguirá siendo largo,pero las perspectivas desde ahora son otras, para él y para los que lo rodeamos.
Stefano escucha.
Yo tengo mi propia teoría, que de científica no tiene nada, pero en estas cuestiones de cuerpo y alma, el cielo no sabe explicar.
Además es muy cariñoso, siempre espera el abrazo maternal que le falta desde hace cuatro años.
Cuando era muy pequeño sus padres descubrieron que Stefano no escuchaba.
Recuperando su historia clínica los médicos concluyeron que una medicación suministrada al momento de nacer lo había dejado sordo.
Una vez recuperados del shock inicial, Miriam -La Flaca- y Alvarito decidieron que lo mejor era realizarle la operación de implante coclear que le permitiría escuchar.
Un oído biónico, colocado en el cerebro, que se fue regulando sin lograr los frutos deseados.
En el medio de la historia de Stefano, su mamá dejó este mundo, y el camino de mostrarle un espacio sin palabras quedó en manos de su papá y de sus otros dos hermanos, Gianni (que ahora tiene 7 años) y de Giuliano (de 15).
El implante no funcionó, para el Dr Curell había sido un fracaso, la maestra para sordos no se explicaba el porqué, vinieron técnicos de los Estados Unidos que nada pudieron hacer con la ciencia y el pequeño.
Stefano va a una escuela común, es uno de los mejores alumnos del grado, y con sus ojitos celestes y su sonrisa amplia da a entender cuando algo le gusta.
Pero la buena noticia llegó en los últimos días.
Casi sin explicaciones,Stefano comenzó a escuchar nuevos sonidos, nuevas voces, y hasta nuevos ruidos.
El bullicio de los recreos en el colegio, el tic-tac del reloj, y hasta el pip del microondas comenzaron a llamarle la atención.
El médico que lo atendió no tiene explicaciones para decir porqué ahora sí, y antes no.
El camino seguirá siendo largo,pero las perspectivas desde ahora son otras, para él y para los que lo rodeamos.
Stefano escucha.
Yo tengo mi propia teoría, que de científica no tiene nada, pero en estas cuestiones de cuerpo y alma, el cielo no sabe explicar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)